Nódulos tiroideos, ¿pueden ser malignos?
Un nódulo o masa en la glándula tiroides puede
ser benigno, sospechoso o francamente maligno. Sin embargo, aunque hasta hace
varias décadas hablarle a alguien de cáncer, era hablarle de muerte, hoy el panorama
ha cambiado y aunque son muchísimos más los casos, se sabe que lo mejor que
debe hacerse ante cualquier riesgo de enfermedad incluido el cáncer, es prevenir y cuando la prevención no se hizo
o no fue suficiente, si un cáncer se descubre tempranamente hay muchas
posibilidades de un manejo exitoso, lo grave es cuando el diagnóstico y /o la
intervención se hacen tardíamente y la morbilidad y la mortalidad aumentan
grandemente.
El cáncer diferenciado de tiroides,
generalmente está asociado a un buen pronóstico
de supervivencia , pero en Latinoamérica las estadísticas muestran que
la letalidad está por encima de las estadísticas mundiales, asociado tal vez a
barreras de acceso o tratamientos incorrectos o incompletos. A nivel mundial el
cáncer diferenciado de tiroides se asocia con un excelente pronóstico, sin
embargo, los buenos resultados inmediatos en el manejo, dan la falsa seguridad
de hacer un manejo correcto, pero un abordaje inadecuado da como resultado una
morbilidad innecesaria, manejos indebidamente prolongados, mayores costos y un
deterioro en el pronóstico.
Entre el 5 y 10 % de los nódulos tiroideos son
malignos y requieren un tratamiento específico, mientras que el resto solo
requieren observación. Son factores de riesgo para el cáncer de tiroides en un
nódulo tiroideo: el antecedente de exposición a radiaciones, la dieta pobre en
yodo y el antecedente familiar. Sin embargo, muchos pacientes que padecen
cáncer tiroideo no tienen estos factores.
La evaluación de un paciente con un nódulo
tiroideo palpable o detectado por algún estudio de imagen comprende un buen
interrogatorio, una cuidadosa palpación del cuello y la revisión de los
estudios de imágenes y biopsias previas, además del nódulo tiroideo es
imprescindible evaluar los ganglios cervicales. Se recomienda la biopsia por
aspiración con aguja delgada (BAAD) cuando los nódulos son sospechosos y
mayores de 1 cm y la TSH es normal. Para interpretar los resultados de la
biopsia se utiliza el sistema Bethesda, el cual une la terminología y los criterios morfológicos para
facilitar la comunicación entre los citopatólogos, endocrinólogos, radiólogos,
cirujanos de cabeza y cuello, oncólogos, etc, que a su vez facilita la
correlación citológica, la investigación epidemiológica, molecular y
patológica. El sistema Bethesda consiste en 6 categorías diagnósticas desde
benigno hasta maligno, con su respectivo porcentaje de riesgo de malignidad y manejo recomendado .
Hacen
sospechar un cáncer de tiroides: el crecimiento en meses o en pocos años y la
asociación con ganglios cervicales palpables. La dificultad para deglutir, la
dificultad para respirar, la tos, los esputos con sangre y los cambios en la
voz no solo sugieren malignidad, sino un tumor avanzado. El ultrasonido en el
proceso diagnóstico es insustituible.
En los casos de alta sospecha de malignidad, el
manejo es la tiroidectomía total más el vaciamiento ganglionar cervical y en el
resto de casos es la observación.
Bibliografía:
Gispart E. Panorámica del cáncer de tiroides. Rev Cubana Cir.
2001;40(2): 90-7
Gaceta Mexicana
de Oncología: Guía de manejo del nódulo tiroideo y del cáncer diferenciado de
tiroides de la Sociedad Mexicana de Oncología. Disponible en internet el 14 de
febrero de 2018.
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