“Le preocupa si fumo?”….”Le preocupa si me muero?”
Hace casi dos décadas en una IPS de Bogotá, se llevó a cabo un concurso dirigido a los niños, para que ellos elaboraran mensajes alusivos a la prevención del tabaquismo, fueron muy diversos y creativos los mensajes, en uno de ellos, una caricatura mostraba a un fumador que trataba de justificar su consumo y dirigiéndose a su vecino le pregunta “le preocupa si fumo?” y el que él aspiraba que fuese su victima pasiva, le responde irónica pero contundentemente: “le preocupa si me muero”?.
Fumar no solo
perjudica al fumador sino a todos los que conviven o están cerca de él, por
ejemplo en los apartamentos donde hay fumadores el efecto suele afectar también
a los vecinos. El cigarrillo está compuesto por miles de
sustancias químicas y de ellas al menos unas 70 pueden causar cáncer y otras
enfermedades graves para el fumador y/o sus víctimas pasivas.
Las
investigaciones han demostrado que el humo del cigarrillo está asociado a varias
decenas de enfermedades que llevan a muerte temprana, entre ellas una docena de
clases de cáncer, entre los cuales se destacan el de pulmón, lengua, garganta,
laringe , nasofaringe, bronquios, mama o vejiga. Ese fatal humo también se
asocia a enfermedades respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica y bronquitis, daño de los vasos sanguíneos y del corazón y, repetimos,
no solo se afecta el fumador sino los fumadores pasivos que tienen los mismos riesgos pero con mayor probabilidad de frecuencia.
El
fumador pasivo es la persona que a pesar de no ser fumadora, aspira ese humo y léase bien , el
humo que inhala el fumador pasivo proviene de la corriente secundaria que es hasta
3 veces mas cargada de nicotina y alquitrán que la corriente principal aspirada
por el fumador y contiene unas 4-5 veces
más monóxido de carbono. Así, los
fumadores pasivos pueden desarrollar las mismas enfermedades que los fumadores
-pero incluso más frecuentemente-, dependiendo del grado y frecuencia de
exposición a dicho humo, por ello la recomendación es evitar su inhalación,
teniendo en cuenta que ninguna exposición al humo del cigarrillo es segura. La
misma OMS considera que ser fumador pasivo implica el riesgo de formar parte de
los 1,200.0000 personas que mueren por esta causa cada año.
Ante la
exposición al humo del cigarrillo, los más vulnerables son los niños, los
adultos mayores y quienes sufren enfermedades crónicas de los pulmones o del
corazón como personas con angina de pecho, asmáticos o con bronquitis crónica
El
tabaquismo materno es responsable de muchos problemas de salud del niño en
estado fetal como son: posibilidad de aborto espontáneo y muerte perinatal, se
duplica el riesgo de muerte súbita en lactantes. Los niños expuestos al humo
del tabaco tienen un 70% mas riesgo de padecer
infecciones respiratorias, otitis crónicas y purulentas, faringitis,
amigdalitis y asma, además tienen mayor
riesgo de desarrollar cáncer los primeros años de vida o en la edad adulta.
Muchas
personas creen que al abrir las ventanas de las casas o de los vehículos, los
tóxicos del cigarrillo desaparecen, pero lamentablemente no es así, esos tóxicos
permanecen en la ropa, en los muebles, en el cabello, en los asientos, en las
alfombras, en todas las superficies, según lo reportado por la sociedad Estadounidense
de Oncología clínica. Adicionalmente, el humo del cigarrillo puede potenciar
las enfermedades que ya se tienen. A mediano plazo, fumar puede generar
intoxicación por monóxido de carbono.
Para
evitar el tabaquismo pasivo, se recomienda tomar las siguientes medidas:
- Evitar estar con fumadores en espacios cerrados porque entre más cerca estén, el riesgo es mayor.
- Exigir a la persona fumadora que no lo haga cerca de nosotros ni de nuestros hijos.
- Rodearse de personas que no fumen.
- Enseñar a sus hijos a no fumar, con el ejemplo.
- Enseñar a los niños y jóvenes sobre el perjuicio a la salud que implica fumar.
- Realizar campañas de prevención con la comunidad y sugerir que se lleven a cabo en las instituciones educativas.
En caso
de tener vecinos fumadores, se recomienda intentar sensibilizarlos y sino se
logra el acatamiento, acudir ante las
autoridades a hacer respetar el código de policía por afectación de la
tranquilidad y el derecho a la salud.
Bibliografía:
- Ayesta, FJ; Lorza, JJ: Tabaquismo pasivo: importancia, en Elsevier, Trastornos adictivos, 2007
- Carrión Valero F, Jiménez Ruiz CA: El tabaquismo pasivo en la infancia. Archivos de Bronconeumología . Vol 35 Issue I, January 1999 (págs. 39-47).
- Maya Martinez MR: Aspectos relacionados con el tabaquismo en el embarazo. Tesis doctoral. Universitat de Valencia 2010.
Comentarios