#FiebreAmarilla, más letal que el COVID-19
La fiebre amarilla es una
enfermedad viral aguda causada por un flavivirus transmitido principalmente por
mosquitos de los géneros Aedes y Haemagogus. La
infección puede variar desde un cuadro subclínico hasta una enfermedad grave
caracterizada por fiebre, ictericia, insuficiencia hepática y renal,
coagulopatía y manifestaciones hemorrágicas. La letalidad en los casos graves
oscila entre el 20% y el 60%.[1-5]
En cuanto a la epidemiología en
Colombia, la fiebre amarilla es endémica en regiones selváticas y rurales,
especialmente en áreas de la Amazonía y otras zonas boscosas, donde persiste el
ciclo selvático del virus. La mayoría de los casos se presentan en hombres
jóvenes con exposición ocupacional o recreativa en áreas de riesgo, y la
transmisión urbana es actualmente rara, aunque existe el riesgo de reemergencia
debido a la presencia de Aedes aegypti en zonas urbanas. La
incidencia y distribución pueden variar según la cobertura vacunal y la
vigilancia epidemiológica, pero la enfermedad sigue siendo una amenaza en áreas
con baja inmunización y alta densidad vectorial.[2-4]
La alta letalidad de la fiebre
amarilla se debe a la rápida progresión hacia insuficiencia hepática y renal,
disfunción multiorgánica y trastornos graves de la coagulación, que pueden
desencadenar hemorragias masivas. No existe tratamiento antiviral
específico, por lo que el manejo es exclusivamente de soporte, lo que subraya
la importancia de la prevención.[1-5]
La prevención se basa
fundamentalmente en la vacunación con la vacuna de virus vivo atenuado (cepa
17D), que induce seroconversión en más del 98% de los receptores y confiere
protección de por vida con una sola dosis.[6] Además,
son esenciales las medidas de control vectorial y la protección personal contra
picaduras de mosquitos, especialmente en zonas endémicas o durante brotes.[3-5] La
vacunación es obligatoria para residentes y viajeros a áreas de riesgo, y la
cobertura vacunal elevada es la estrategia más eficaz para prevenir brotes.[6][7]
Respecto a un brote actual en
Colombia, se puede anticipar que, en ausencia de una cobertura vacunal adecuada
y con la persistencia de condiciones ecológicas favorables para el vector,
existe riesgo de expansión del brote, especialmente en poblaciones no
inmunizadas y en zonas de difícil acceso. La experiencia internacional y
los modelos epidemiológicos muestran que la vacunación masiva y la
intensificación de la vigilancia y el control vectorial son las intervenciones
más efectivas para contener la transmisión y reducir la mortalidad.[2][4][7] La
vigilancia activa, la respuesta rápida y la coordinación intersectorial son
fundamentales para limitar el impacto del brote y evitar la urbanización de la
transmisión.
En mi experiencia personal, les
puedo decir que prefiero tratar muchos pacientes complicados con COVID – 19 que
uno solo complicado por fiebre amarilla, ya que estos últimos pacientes son
demasiado complejos, y haga uno lo que les haga
(soporte ventilatorio, vasoactivo, nutricional, infusión endovenosa de
N-Acetil cisteína, dosis altas de corticoides, hemodiafiltración venovenosa continua,
terapia de reemplazo extracorpórea hepática tipo SPAD e incluso plasmaféresis)
el paciente fallece, y está previamente consciente, orientado, colaborador, en
todos su cinco sentidos, pero uno ya sabe que va a fallecer, es realmente frustrante.
Referencias
1. Fatal Yellow
Fever in Travelers to Brazil, 2018. Hamer DH, Angelo K, Caumes E, et al. MMWR.
Morbidity and Mortality Weekly Report. 2018;67(11):340-341.
doi:10.15585/mmwr.mm6711e1. Leading Journal
2. Analysis of
Morbidity and Mortality Due to Yellow Fever in Brazil. Machado LS, Sobrinho
AFM, De Jesus AG, Quaresma JAS, Gomes H. Viruses. 2025;17(3):443.
doi:10.3390/v17030443. New Research
3. Yellow Fever
Vaccine: Recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices
(ACIP). Staples JE, Gershman M, Fischer M. MMWR. Recommendations and
Reports : Morbidity and Mortality Weekly Report. Recommendations and Reports.
2010;59(RR-7):1-27. Leading Journal.
4. Yellow Fever: A
Perennial Threat. Tuells J, Henao-Martínez AF, Franco-Paredes C. Archives
of Medical Research. 2022;53(7):649-657. doi:10.1016/j.arcmed.2022.10.005.
5. Prevention of
Yellow Fever in Travellers: An Update. Reno E, Quan NG, Franco-Paredes C,
et al. The Lancet. Infectious Diseases. 2020;20(6):e129-e137.
doi:10.1016/S1473-3099(20)30170-5. Leading Journal
6. Immunogenicity of Fractional-Dose Vaccine during a Yellow Fever
Outbreak — Final Report. Casey RM, Harris JB, Ahuka-Mundeke S, et al. The
New England Journal of Medicine. 2019;381(5):444-454.
doi:10.1056/NEJMoa1710430. Leading Journal
7. The Global
Burden of Yellow Fever. Gaythorpe KA, Hamlet A, Jean K, et al. eLife.
2021;10:e64670. doi:10.7554/eLife.64670. Leading Journal
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