¿Cómo tratar la pérdida de #memoria ?
El tratamiento para la pérdida de memoria depende fundamentalmente de la causa subyacente. En adultos mayores, la pérdida de memoria suele estar asociada a deterioro cognitivo leve (DCL), demencia, o enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. Es esencial distinguir entre causas reversibles (por ejemplo, efectos de medicamentos, depresión, deficiencias vitamínicas, hipotiroidismo) y causas neurodegenerativas, ya que el abordaje terapéutico varía según el diagnóstico.[1]
En los últimos años, se han
aprobado en Estados Unidos anticuerpos monoclonales anti-amiloide (lecanemab,
donanemab) para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en fases de DCL o
demencia leve. Estos agentes han demostrado reducir la carga de amiloide
cerebral y ralentizar el deterioro cognitivo y funcional en comparación con
placebo, aunque persisten dudas sobre su eficacia clínica a largo plazo y su
perfil de seguridad.[2][4-5] Aducanumab fue retirado del
mercado por razones comerciales, no por problemas de seguridad o eficacia.[5]
No existen tratamientos
farmacológicos aprobados para el deterioro cognitivo leve (DCL) sin demencia;
los estudios con inhibidores de la acetilcolinesterasa y memantina no han
demostrado beneficio en esta población.[1][3][6] Tampoco
hay evidencia de eficacia para suplementos como vitaminas, omega-3, ginkgo
biloba, estatinas o antiinflamatorios en la mejora de la memoria o la función
cognitiva.[4][6]
Las intervenciones no
farmacológicas son fundamentales y pueden incluir rehabilitación cognitiva,
entrenamiento de memoria, estrategias compensatorias (uso de ayudas externas,
instrucción en estrategias cognitivas), ejercicio físico y abordaje de factores
de riesgo vascular. La rehabilitación cognitiva, tanto restaurativa como
compensatoria, ha mostrado efectos pequeños a moderados en la mejora de la
función y la autopercepción en pacientes con daño cerebral adquirido, aunque la
evidencia es limitada y heterogénea.[7]
En todos los casos, es crucial
abordar factores contribuyentes como polifarmacia, comorbilidades médicas,
trastornos del ánimo y optimizar el entorno psicosocial. El manejo debe
ser individualizado, considerando el estadio de la enfermedad, las preferencias
del paciente y el impacto funcional.[1-2][4]
En resumen, el tratamiento de la
pérdida de memoria requiere una evaluación etiológica precisa. En
demencias, los fármacos aprobados ofrecen beneficios modestos; en DCL, no hay
tratamientos farmacológicos efectivos. Las intervenciones no farmacológicas
y el manejo de factores reversibles son esenciales en todos los casos.
Referencias:
- Diagnosis and Management of Dementia: Review. Arvanitakis Z, Shah RC, Bennett DA. JAMA. 2019;322(16):1589-1599. doi:10.1001/jama.2019.4782.
- Dementia Prevention and Treatment: A Narrative Review. Reuben DB, Kremen S, Maust DT. JAMA Internal Medicine. 2024;184(5):563-572. doi:10.1001/jamainternmed.2023.8522.
- Cognitive Symptoms of Alzheimer's Disease: Clinical Management and Prevention. Joe E, Ringman JM. BMJ (Clinical Research Ed.). 2019;367:l6217. doi:10.1136/bmj.l6217.
- Alzheimer Disease: Treatment of Cognitive and Functional Symptoms. Jaqua EE, Tran MN, Hanna M. American Family Physician. 2024;110(3):281-293.
- FDA Orange Book. FDA Orange Book
- Screening for Cognitive Impairment in Older Adults: US Preventive Services Task Force Recommendation Statement. Owens DK, Davidson KW, Krist AH, et al. Jama. 2020;323(8):757-763. doi:10.1001/jama.2020.0435.
- American Speech-Language-Hearing Association Clinical Practice Guideline: Cognitive Rehabilitation for the Management of Cognitive Dysfunction Associated With Acquired Brain Injury. Guideline Development Panel, Brown J, Kaelin D, et al. American Journal of Speech-Language Pathology. 2022;31(6):2455-2526. doi:10.1044/2022_AJSLP-21-00361.

Comentarios