La radiación cósmica puede afectar la salud
Los rayos cósmicos son partículas subatómicas con una energía muy elevada procedentes de eventos cósmicos habituales como la explosión de una estrella: supernova, cuyos restos llegan a la Tierra en forma de radiación. Este tipo de rayo cósmico se denomina rayo galáctico, el otro tipo de rayo que llega frecuentemente a la Tierra es el solar, el cual es producido por explosiones de la superficie solar.
Ambos tipos de rayos cósmicos penetran en muy pocas ocasiones a la Tierra gracias a la presencia de la magnetósfera, la cual funciona como un gran campo magnético que hace que las partículas cargadas reboten de un polo al otro. Es decir, la magnetósfera desvía los rayos cósmicos y nos protege de erupciones solares atmosféricas.
Para medir el efecto de la radiación sobre la salud se utiliza el sievert. Un sievert implica la probabilidad del 5.5% de desarrollar càncer a futuro debido a la radiación. En promedio, los seres humanos estamos expuestos a unos 3,5 milisieverts de radiación al año.
Un astronauta a bordo de una estación espacial que orbita la tierra a 400km de altitud está expuesto, por lo general, a una dosis superior a 0.5milisieverts al día, es decir, completan en una semana lo que un ser humano recibe en un año habitualmente.
En conclusión, los seres humanos no debemos preocuparnos por el efecto nocivo de la radiación cósmica gracias a la presencia de la magnetósfera, aunque dicha protección se pierde cuando estamos fuera de la órbita terrestre.
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